NO NOS AVISARON #12

¿Qué tal amigos? Estamos aquí en un nuevo blogcomo cada viernes, y esta vez vamos a hablar acerca de los problemas que tenemos cuando nos comunicamos con algunos profesores por varias causas, ya sea que hubo un intermediario que no supo manejar su papel de intermediario (valga la redundancia), ya sea porque nunca hubo comunicación o porque dieron un mensaje que interpretamos mal y nunca explicaron qué querían decir realmente.
Del primer ejemplo puedo tomar el que nos pasó con un maestro, el de inglés para ser más exactos. Con ese maestro yo había tenido unas dudas en cuanto a su materia y le había pedido de favor a un compañero que hablara con él para saber si podría contestármelas, pero pasaron los días y ese chico nunca me dijo nada, así que acudí a él personalmente para ver por qué no me había contestado esas preguntas, a lo que él me responde que no las contestó porque nunca le llegaron. Después de ese enojo grandísimo que tuve hablé con aquél chavo y le empecé a preguntar por qué no las había enviado y demás cosas así, a lo que él me respondía que a ese maestro ya no le enviaba nada porque luego se tardaba en responderle o simplemente lo dejaba en visto y ya le daba cosa contactarse con  él.
Acá se puede apreciar claramente un acto de comunicación deficiente de parte de ese compañero con el profesor. Porque tanto el maestro tiene un poco de culpa porque nunca le respondía los mensajes que este chavo le mandaba, como el chico tiene culpa porque no había tenido al menos la intención de hablarle. Aunque creo que ayer tuvo más culpa este maestro, porque antes de las 3 le había enviado un mensaje a este compañero preguntándole si nos tocaba con él a las 3 o a las 5. Cuando este compañero nos platicó la situación y nos mandó la captura de pantalla, nosotros empezamos a decir que cómo era posible que ese maestro empezara a hacer eso, porque se supone que él debería de saber su horario y básicamente varios empezaban a decirle de todo, porque la neta ya nos tenía frustrados por su actitud muy seca y muy ridícula en ciertos momentos (como en esa clase en la que todos estábamos terminando nuestros trabajos y de repente se enojó porque no se callaban unos cuantos chavos por ahí, entonces solo se enojó y nos dijo “Nos vemos el día del examen”.), aparte de que es su deber saberse su horario de trabajo, pero bueno.
La otra cosa que pasó fue que con una maestra no hubo un mensaje directo de parte de ella hacia nosotros en una clase anterior a una actividad que hicimos el lunes. La cosa se da cuando, al llegar a una actividad, ella nos había dicho que iba a explicar un tema y después de ese tema nos iba a realizar una mini prueba para evaluar nuestro aprendizaje y saber a quiénes iba a exentar de hacer el primer examen del primer parcial (o sea no era el mero mero examen). Pero el día que se supone iba a explicar ese tema, entró al salón y nos dijo “acomódense en filas” y todos nos quedamos con una cara de “¿Qué?”, y ya empezamos a decirle que ese día iba a explicar un tema, que era la siguiente clase cuando iba a hacer el examen, pero ella no salió de eso y empezó a decir que ya no le mintamos y que nos aplicáramos para esa prueba que iba a hacer.
En ambos casos vemos problemas grandes de comunicación. En uno, vemos cómo un maestro se niega a interactuar con sus propios alumnos y en otro vemos cómo no hubo un cambio de planes de parte de esa maestra o siquiera el interés de avisar a sus alumnos. Los problemas acá reflejados son en su esencia problemas que vienen de parte del emisor. En el primer caso vemos que el maestro, siendo emisor, no aporta mucho para el trabajo de sus alumnos, se ve que trata de confundirnos a nosotros los receptores para que no estemos captando todos los mensajes que nos da para así él poder demostrar su “autoridad” sobre nosotros. En ese mismo caso se ve al chico que es el intermediario como otro causante de problema, porque a base de experiencias anteriores se ve que ya no trata de interactuar con ese receptor, porque también sabe cómo es el contexto en el que se genera todo eso.
En el segundo caso vemos cómo la maestra, siendo la emisora, simplemente se sale del contexto en el que nos encontramos ubicados los receptores para mandar otro mensaje que no cuadraba tanto en el asunto.
En ambos casos lo que siento que podría ayudar es el hecho de que se enfoquen más en lo que están haciendo/diciendo para evitar confusiones. En el caso del maestro es necesario que deje de tratarnos a los estudiantes como menos que él porque también se le va la onda muchas veces. Al chico no le queda más que dejar de hacer lo que hacía (o sea hablar con el maestro y esperar una respuesta sabiendo que tarda), a menos que sea muy necesaria su intervención en el acto comunicativo entre el maestro y yo. Y con la maestra pues solamente que vuelva a entrar en el contexto en que nos dejó la vez anterior para evitar confusiones y enojos de parte nuestra hacia ella, porque la neta sí nos sacamos de onda todos cuando dijo que ese día iba a ser ese examen. Martín Serrano mencionaba que cuando un emisor muestra cierto tipo de cambios en su conducta cuando se está comunicando, el receptor puede cambiar el mensaje que originalmente podría estarle mandando. Yo solo espero que estos maestros dejen de cambiar sus contextos y sus maneras de comunicarse con nosotros, porque luego sí nos saca de onda y ya no sabemos qué es lo que realmente tenemos que hacer y qué no (como en el caso del examen, que por cierto pasé y exenté)
Y bueno amigos, esto fue todo por esta ocasión, esperemos que podamos leernos la siguiente semana en este espacio. Y porque a mí sus opiniones también me importan pueden dejarlas acá abajo en la caja de comentarios. ¡¡Nos vemos en el próximo blog!!      
-Julio Pinto 

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